Si no fuera porque...
Si no fuera porque
me tienen que enterrar,
y que dos cipreses negros
se comerán mis sueños,
si no fuera porque mi padre
siempre llora en los entierros,
me mataría mañana
sin pensar en ello.
Si no fuera porque
alguien me llorará
eche de menos mi cuerpo
mi manera de mirar,
si no fuera porque mi amante
es algo sentimental,
me mataría mañana
sin pensarlo más.
Si no fuera porque
alguien se acordará
para decir Diós la guarde
o el Diablo la tendrá,
si no fuera porque
es tan triste
convertirse en recuerdo,
me mataría mañana
sin pensar en ello.
Si no fuera porque
me querrán confesar
para abrirme el cielo
de par en par,
si no fuera porque he pecado
y no pienso volverme atrás,
me mataría mañana
sin pensarlo mas.
Evangelina Sobredo Galán
Es bastante común entre algunas de las personas que conozco el plantearse o haberse planteado al menos una vez: ¿Qué pasaría si de repente desapareciera, si me pasara algo grave, si de improviso... muriera? ¿Quién me llevaría flores al hospital, al cementerio? ¿Quién en un acto absolutamente voluntario marcaría mi número al notar mi falta? Estas preguntas suelen ir acompañadas de estados algo depresivos, falta de positivismo y autoestima.
A mí me parece un ejercicio de egocentrismo y también algo egoista. Cuestiones que a menudo rayan tendencias suicidas (que no intentos, pero sí tendencias en el razonamiento) Y para colmo suelen justificarse por algun trance reciente por el que se ha pasado y se tilda a todas luces de injusto.
Recuerdo ahora una película, que disfuté recientemente, en la que el protagonista acude a un psicólogo tras una ruptura sentimental. Al argumentar el paciente: "...ya no tengo razón para seguir viviendo" el experto responde: "¡Pero vamos a ver! ¡Por algo no te suicidas!"
Yo entendí ese "algo" como todo aquello que dicho protagonista podía seguir haciendo, por lo que podia seguir luchando, y de lo que se había olvidado, y seguía presente. De todos es sabido que los tréboles no nacen a no ser que se den las condiciones idoneas, ¡y menos aun los de cuatro hojas!
No puedo dejar de citar una sentencia del experimentado refranero, "criticarás en los demás tus propios defectos"
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