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Modo destrucción: ON

Que el aeromodelismo a pequeña escala tiene mucho de prueba y error es conocido. Que uno ha de reparar constantemente sus aviones también. Pero lo de este fin de semana...

Dos fuselajes, una sección de cola, un motor, dos palas de hélice... Todo quedó para reciclaje o reparaciones intensas, ¡en unas horas! Aventurarse en mundos desconocidos tiene sus peligros. Y la joven pareja de experimentadores aeromodelísticos decidió construirse y probar en vuelo un avión que no había salido de planos.

La novedad: un ala de poliexpán con perfil Göttinguen 298. La sorpresa: después de vuelos típicos que consistían en una sucesión de rizos a gran velocidad seguidos de un escamochamiento contra el suelo, el ala fue lo único que se libró de daños. Sobrevivió a los dos fuselajes que la llevaron montada.

Uno se pregunta: ¿Cuenta la rugosidad del ala para las velocidades a las que se trabaja? ¿Tiene influencia el que el ala sea de poliexpan (superligero) y el resto de madera de balsa y forro (en proporción mucho más pesado)? ¿Fueron las ráfagas de viento las culpables de todo y unicamente tuvimos mala suerte? ¿Qué es el poliexpán, A: la razón de la teoría de las alas infinitas, B: un método para intoxicarse, C: una planta colágena?

En otro orden de cosas; se ha conseguido despegue desde el suelo por los propios medios del avión y con una carrera más que corta; se ha entrado en el negocio espacial a través de la fabricación del satelite Pas-Sat; se ha concluido con éxito un modelo del globo terraqueo a través del cual explicar el porqué de que la Tierra gire sobre si misma y su misterioso campo magnético.

Seguimos trabajando...

2 comentarios

Deadpool -

Mientras no intentéis despegar vosotros...y si lo intentáis grabarlo en video, con un video de ese estilo podriamos forrarnos en youtube etc...^^.

ricardo -

Si es que os habéis creído Prandtl, y claro...